La República Popular de China es conocida en su papel de gigante de las exportaciones. Pero ahora el coloso asiático se ha convertido también en un mercado muy interesante para que empresas Españolas y Latino Americanas exporten a China sus productos. Para lograr abrir camino en el nuevo gran consumidor global es preciso contar con un plan de negocio firme y eficaz.
En efecto, exportar a China es hoy una posibilidad cierta con los pasos adecuados. Los negocios de importación y exportación, por su alto grado de especialización, y también por la elevada competencia global, exigen tener las ideas claras antes de pasar a la acción. El asesoramiento previo es imprescindible en este proceso.
Profesionalidad es la palabra clave. La colaboración con agentes logísticos dotados de recursos, conocimiento y experiencia, como es el caso de Ertransit, deben figurar dentro de un plan de negocios para convertir a China en un mercado con enormes posibilidades. Hay empresas aduaneras que tienen una gran experiencia de colaboración con China y que ofrecen servicios muy especializados.
Un mercado gigantesco
Hay una parte del plan de negocios que tiene que ver con las dimensiones del mercado chino, porque estamos hablando de un país con 1.350 millones de habitantes, con una clase media en plena expansión y el mayor número de millonarios del planeta.
Esta circunstancia, en principio, puede suponer un freno para aquellas empresas exportadoras que, por su dimensión, pueden ser identificadas en la categoría de pyme. Pero no es así, es más importante conocer bien el mercado chino y sus peculiaridades. Y acertar con los mercados regionales es otra de las prioridades.
La burocracia china es una de las grandes asignaturas pendientes del país y, por tanto, también un asunto estratégico antes de plantear la exportación al gigante asiático. Los colaboradores locales son de gran ayuda y también lo es conocer la realidad del país como uno de los pasos previos de todo proyecto exportador.
Desde el punto de vista administrativo, el gran desafío es tramitar los certificados precisos para la exportación. Mucho cuidado con esto, porque suponen la puerta de entrada al mercado de un país con regulaciones específicas sobre productos y que además cuenta con sus peculiaridades en otros ámbitos, como el etiquetado. Las licencias de exportación son concedidas por el gobierno chino, lo que hace necesaria una colaboración eficaz con el socio local.
En particular, hay que conocer los detalles que reglamentan la importación de productos perecederos, procedentes del sector primario, dado que en este caso la norma establece especiales restricciones, que también existen para los productos químicos.
Aliados fundamentales para Exportar a China
Las empresas de gestión de aduanas con experiencia en el mercado chino son un aliado fundamental en la estrategia del exportador. También lo es la adecuada selección de la empresa de logística, naviera o empresa de transportes con la que trabaja el exportador. El transporte marítimo es el soporte de todo proyecto exportador hacia China.
La actitud del exportador con sus posibles socios locales es otra variable muy a tener en cuenta. El comprador chino, hay que saberlo desde el principio, es un negociador duro, mucho más que cuando los papeles se invierten y su empeño es vender productos chinos en el exterior. En casa, los chinos imponen sus condiciones y la burocracia juega a su favor. El conocimiento previo de las reglamentaciones y de la cultura asiática es un arma esencial.
Dicho todo esto, ¿hay un mercado en China interesante para el exportador español? Bueno, sobre esto las cifras hablan por sí solas, porque las ventas de productos españolas en China en el año 2016 ascendieron a 5.032 millones de euros, según los datos oficiales del ICEX. Esto supuso un crecimiento del 14,8 % respecto al ejercicio anterior. Y las referencias de 2017 apuntan hacia un nuevo récord.